Lectura mágica: «El lápiz mágico de Malala» y la pepita escondida.
El pasado viernes, el grupo de 2º y 3º disfrutó en el aula de una experiencia que demostró cómo la lectura puede ser mágica, uniendo comprensión, emoción, aprendizaje, sorpresa y tecnología educativa.
Entramos en Librarium con nuestras tablets para sumergirnos en la historia de Malala, una joven valiente que luchó por el derecho de las niñas a ir a la escuela. El alumnado leía con atención, curiosos por conocer el desenlace de su historia.
Al finalizar la lectura, para comprobar la comprensión y mantener viva la emoción, el maestro les propuso un pequeño misterio añadiendo al texto las siguientes palabras:
“Ahora, queridos lectores, os voy a contar un secreto mágico.
Mientras habéis leído esta historia, una pepita mágica se ha escondido en la escuela.
Está en el segundo cajón debajo de la mesa del maestro.
Si te levantas con cuidado, puedes abrir el cajón, el profesor no te va a decir nada.
Allí podrás encontrar una pepita que simboliza vuestra curiosidad y deseo de aprender igual que Malala, ya que cada uno de vosotros tenéis el poder de aprender, compartir y ayudar a otros para hacer del mundo un lugar mejor”
A medida que iban leyendo, comenzaron a mirarse entre ellos con complicidad, mezcla de timidez y emoción. Poco a poco, uno a uno, se acercaron a la mesa del maestro, abrieron el cajón y descubrieron las pepitas mágicas (cacahuetes). Ninguno cogió más de uno, a pesar de que había de sobra. Fue un gesto que reflejó autocontrol, respeto y alegría compartida.
Después, regresaron a Librarium, donde pudieron comentar la experiencia tanto en el chat grupal como en los chats individuales. En estos últimos, cada alumno descubrió un acróstico personalizado con su nombre, en el que se destacaban valores y cualidades únicas que les hacen especiales: la valentía de unos, la imaginación de otros, la constancia o la ternura de cada uno.
La dinámica fue un éxito. La lectura se transformó en una experiencia emocional, significativa y memorable, en la que cada niño y niña no solo comprendió la historia de Malala defendiendo los derechos de la infancia, sino que vivió su propio momento de descubrimiento, valor y magia.
Porque, como recordamos juntos al final: “Un niño, un profesor, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo.”
Pero, sobre todo, una clase unida y un maestro con ilusión pueden cambiar la forma de aprender.












