¡Nuestra aventura en Micrópolix!
El pasado 1 de abril vivimos una de esas jornadas que se quedan grabadas en el corazón. Todo comenzó con un gran madrugón, ¡a las 6:30 h. ya estábamos en marcha! Pero ni el sueño ni el frío nos quitaron la ilusión. Subimos al autobús con nuestras mochilas llenas de nervios, sonrisas y canciones. De hecho, comenzamos el viaje entonando algunas de las letras que habíamos creado en clase para esta ocasión tan especial.
Cuando llegamos a Micrópolix, antes de cruzar sus puertas, nos dieron la bienvenida con unas normas importantes y… ¡nos pusieron nombre! A partir de ese momento, éramos “Los Dínamitas”, un equipo lleno de energía, ilusión y muchas ganas de aprender.
A las 10:45 h comenzamos nuestra aventura dentro de esta increíble ciudad en miniatura. Nuestra primera parada fue la tienda de la biosfera, donde aprendimos a construir una dieta saludable. Llenamos nuestras cestas con alimentos sanos, los pasamos por caja para calcular su coste y, después, explicamos al grupo qué menú habíamos creado. ¡Todo un reto que superamos como verdaderos expertos!
Después nos adentramos en alta mar: subimos a una lancha hinchable y aprendimos qué hacer en caso de naufragio. Descubrimos los protocolos de seguridad, quién debe ser rescatado primero y hasta nos metimos en el camarote del barco. Y por si fuera poco… ¡nos sentamos en la cabina de mandos para tocar todos los botones como auténticos capitanes!
Del agua pasamos al cielo. En el aeropuerto, hicimos una simulación de vuelo con joystick, escuchamos las instrucciones de seguridad de una azafata y… ¡pilotamos un avión! Despegue y aterrizaje incluidos. También tubimos turbulencias durante el vuelo y pudimos charlar con distintos pasajeros. Fue alucinante.
Y entonces llegó uno de los momentos más emocionantes: ¡el camión de bomberos! Para participar, primero tuvimos que cantar una canción, hacer ejercicios de fuerza, subir escaleras, trepar por espalderas y apagar fuegos. ¡Qué emoción! Nos sentimos como verdaderos héroes y heroínas.
Poco después nos enfrentamos a una de nuestras grandes pruebas: sacarnos el carnet de conducir. Tras repasar algunas normas básicas, pasamos a la prueba práctica con un simulador. Algunos lo lograron a la primera, otros necesitaron practicar un poco más… pero todos, con esfuerzo y constancia, lo consiguieron. Luego fuimos a la oficina de tráfico, validamos el carnet y nos hicimos una foto oficial. ¡Una experiencia de lo más real!
Con el carnet en la mano, nos dirigimos al hospital, donde primero visitamos la sala de partos y luego la de urgencias. Aprendimos a escuchar los latidos del corazón con un fonendoscopio, a identificar lesiones y hasta practicamos una RCP básica. ¡Todo un taller de pequeños doctores y doctoras!
Y por fin, ya como conductores oficiales, nos subimos a los vehículos del circuito de circulación vial. ¡Qué alegría conducir por las calles de nuestra ciudad! Fue increíble verlos tan seguros, aplicando todo lo aprendido.
Antes de despedirnos, nuestra guía Ainhoa nos reunió para entregarnos el pasaporte de la ciudad, certificando que habíamos completado con éxito todas las pruebas. Nos felicitó por ser un grupo tan entregado, motivado y entusiasta. ¡“Los Dínamitas” habían triunfado!
Pero la magia no terminó ahí. Antes de volver a casa, nos fuimos a comer a un parque cercano donde había enormes toboganes y un colchón hinchable gigante. Saltamos, reímos y disfrutamos como si estuviésemos en un parque de atracciones. Fue la guinda perfecta para un día de ensueño.
Ha sido una experiencia inolvidable, llena de aprendizajes, emociones y momentos compartidos que nos han unido aún más como grupo. ¡Y ya estamos deseando repetir!